El cobijo de la muerte
Encerrada en mis tristes recuerdos volcada en mis pasiones, me desconcierto enclaustrada en oscuros sentimientos vuelvo paciente a buscarte sin rodeos. En este jardín donde las flores no tienen ya color, ni tampoco olor agua que no riega, pues siente su dolor sus pétalos marchitos pisé Sin temor y dejándo atrás el rencor siento temblar todo un espacio infinito ni las estrellas sienten sus gritos porque ya es tarde y no siento tu calor. Nada siento, nada soy, nada me das pero no me siento sola las noches eternas me acompañarán, la luna y las estrellas mi casa y el cobijo de mi muerte serán.