El tren invisible

Plantearse muchas cosas en la vida, tantas de ellas tal vez realmente importantes. Puede ser triste porque te das cuenta de cuantas personas has perdido en el camino, un camino de lucha constante, de supervivencia, de emociones, de talismanes, de retratos del pasado o presentes; de respuestas sin sentido.
En un cabalgar de miedos te reprochas muchas veces que la lucha no llega a su fin, sientes que las metas no se consiguen o tal vez se hagan más largas porque el camino a recorrer en la vida también se hace más largo, más rudo y más complicado y con muchas más piedras con las que tropezar para ver el infinito de posibilidades que se presentan delante tuya y no poder escoger ni priorizar en ninguna de ellas. Entonces tu cabeza y tu mente dan vueltas buscando como encontrar la salida.
Revoloteas cual mariposa en vuelo sin rumbo, sin sentido, sin destino, con miles de sueños en una maleta que se perdió también por el camino como tantas y tantas vivencias que sólo persisten en el más oscuro e inhóspito rincón de tu memoria.
Y sin enterarte de nada la vida pasa y no se detiene para esperarte, tan sólo para arrastrarte al vacío de tus pensamientos, al retrato del mundo con tan sólo sueños e ilusiones. Transcurre muy deprisa y permaneces inerte mientras la vida pasa, el mundo gira y sigues sin encontrar sentido a lo que deseas ser o hacer, un tren invisible a nuestros ojos, sin resonancia, sin temblor y es que tan sólo sabes que pasa.
Ni cuando, ni dónde y si ni siquiera volverá, pero esperas con insistencia su vuelta, percibes su presencia, imaginas y deseas que vuelva a pasar,  pero algún día ¿Conseguirás subir en él?.
Será entonces cuando hayas encontrado el sentido más importante a tu vida.

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