PENSAMIENTOS DE UNA SOÑADORA

En mi habitación, a solas, en el silencio y la tranquilidad; que a veces necesito, me adentro en mis pensamientos y dudas, mis temores e inseguridades, incluso mis flaquezas, por lo que se desmorona mi fortaleza; toda mi seguridad ante la vida. Sueño despierta, entre nubes de algodón y atardeceres de terciopelo. Lloro entre la felicidad y la tristeza, sin saber a veces, por qué simplemente, porque sí. Es necesario llorar y sacar los sentimientos a flor de piel, desnudar tu alma, aunque sea en tu sole-dad. Meditar y relajarse es el paraíso para muchos, adentrarse en pensamientos más profundos, dejando atrás cualquier ápice de murmullo. Encontrarse con uno mismo, y descubriendo poco a poco quien eres, tal vez, no lo sepa todavía, pero cada día, dedico miles de instantes a descubrirlo. Tal vez, porque haga muchas cosas y, nunca sepa cuál es, mi verdadera profesión, por la que luchar y pelear, para conseguir trabajar en ello, por dudar en mis metas. Conformándome con otros que, nada a...

Me he acostumbrado a tus besos, a tus abrazos, y a despertarme a tu lado por las mañanas,  a sentirte, y que cuando hacemos el amor, se quede impregnado tu olor en mí, en mi ser, en mi alma y mi esencia sea, una combinación de nuestros cuerpo; en constante ebullición. Quemados por el deseo de un amor puro y sin temores. A la complicidad en nuestras miradas, que sin hablar nos decimos tantas cosas. Los días pasan y el amor crece por momentos, se intensifica cada vez que nos pensamos el uno al otro, cuando no estamos juntos. Y juntos nuestras caricias erizan nuestra piel, la pasión desemboca en el deseo, de comernos a besos, porque sin besos no hay verdadero placer, no hay pasión, no hay nada. Amor, ¡volemos juntos al paraíso en nuestra nave del placer! y dejemos que el mundo siga su curso, mientras nosotros seguimos inmersos, en nuestra más especial velada, piel con piel, siendo uno y nuestros corazones palpitando al unísono, al mismo ritmo, al mismo compás, dejándonos sin alien...

Hace algunos años creía que la felicidad sólo se podía sentir a través de una pareja, era incapaz de sentir amor por las diferentes cosas que la vida es capaz de regalarte, no sabía ser feliz con una sonrisa o un abrazo de alguien que no fuera tu pareja, tu compañero, tu todo...ya que como antes he comentado no sentía que eso fuera posible. O tal vez me lo negaba a mi misma. A veces nos sentimos infelices por acciones, reacciones, vivencias, sentimientos que nosotros mismos nos creamos, sin ser conscientes del daño que nos hacemos. Ahora que llega San Valentín y todo el mundo, se pone pasteloso demostrando su amor (lo reconozco yo soy una de ellas), no sólo hay que dar y recibir amor en éste día, sino todo el año, no sólo a nuestra pareja; sino también a amigos, familiares o seres queridos porque demostrar amor, es lo más bonito de éste mundo y también nos aportará felicidad a nuestra vida. Ahora que llevo años en pareja he aprendido que también se puede dar y recibir amor de tus ...