Inocencia
Hay algo que me parece precioso, que me recuerda a cuando era una niña. Desde siempre he sido bastante inquieta, habladora y tímida a la vez, muchas veces me gustaba jugar sola, crear mis historias con tan sólo, en muchas ocasiones un par de muñecas. Jugaba a ser diseñadora que con unas telas les creaba maravillosos vestidos, cantante, actriz o fotógrafa con una cámara de fotos sin carrete, montaba mobiliario de una casa con cacharros de la cocina o objetos y demás juguetes y las pinzas de tender la ropa eran super divertidas. Nunca me aburría. Siempre se me ocurrían historias o juegos con los que no perder mi tiempo. Ahora con los años no he cambiado tanto sigo conservando esa inocencia (para algunas cosas y esa pureza). Y sigo creando distintas cosas con el fin de divertirme con todo lo que mi imaginación pueda volar, hacer y escribir todo aquello que ronda por ésta cabecita mía, ya sea siendo transformista haciendo imitaciones, bailando, cantando (o más bien berreando), escribiendo, cosiendo o lo que se me ocurra hacer porque así lo siento y lo hago desde el corazón, simplemente para ser feliz.
Hablando de esa inocencia hay algo que también me da felicidad que es andar por la calle y cruzarte con un niño que sin conocerte de nada te regala un saludo, una sonrisa, una mirada tierna...es algo para mí indescriptible, porque notas toda su inocencia, ves que no hay maldad alguna ni hay hipocresía y mucho menos odio, sentimientos que siendo adultos por desgracia acaban por aparecer en tu vida de una forma u otra. El brillo de sus ojos te hace sacar tu mejor sonrisa; te contagia de su felicidad. Y tú inmerso en tus preocupa-ciones o en tus problemas, si tienes un día malo o si te has enfadado con alguien, en ese instante dá igual, todo se esfuma, porque siendo muy negativos, si tienes un día malo éste gesto, te haga pensar que algo bonito ha sucedido en éste día. Es un momento único porque cada niño es único y especial, pues para mí son seres mágicos, capaces de convertir lo más terrible en belleza eterna. Y cambiarte un día torcido en el día más maravilloso. ¿Tú también lo sientes? ¿También lo has experimentado? Cuéntamelo quiero saberlo...😉
Hablando de esa inocencia hay algo que también me da felicidad que es andar por la calle y cruzarte con un niño que sin conocerte de nada te regala un saludo, una sonrisa, una mirada tierna...es algo para mí indescriptible, porque notas toda su inocencia, ves que no hay maldad alguna ni hay hipocresía y mucho menos odio, sentimientos que siendo adultos por desgracia acaban por aparecer en tu vida de una forma u otra. El brillo de sus ojos te hace sacar tu mejor sonrisa; te contagia de su felicidad. Y tú inmerso en tus preocupa-ciones o en tus problemas, si tienes un día malo o si te has enfadado con alguien, en ese instante dá igual, todo se esfuma, porque siendo muy negativos, si tienes un día malo éste gesto, te haga pensar que algo bonito ha sucedido en éste día. Es un momento único porque cada niño es único y especial, pues para mí son seres mágicos, capaces de convertir lo más terrible en belleza eterna. Y cambiarte un día torcido en el día más maravilloso. ¿Tú también lo sientes? ¿También lo has experimentado? Cuéntamelo quiero saberlo...😉
Comentarios
Con los años esa inocencia se nos arranca, en gran parte "gracias" a la forma de educarnos, tanto en casa como en el colegio. Por eso, por favor, dejemos a los niños ser libres y mantengamos viva esa inocencia...
Buena reflexión Susana. Bss